Como primera escena Un Lugar Donde Refugiarse nos presenta a una joven que busca desesperadamente ayuda en la casa de una vecina, sin explicaciones del por qué (aunque podemos intuir que ha cometido o presenciado un crimen). La escena termina abruptamente y acto seguido podemos observar a la misma chica, con un nuevo aspecto, huyendo de la policía.
A partir de allí se dispara la trama de este octavo film basado en una novela de Nicholas Sparks. La muchacha –bajo el nombre de Katie- en su intento de nuevo comienzo llegará a Southport, un pequeño pueblo costero del sur de Carolina del Norte (hermosa fotografía y paisaje) y a pesar de al principio poner resistencia entablará una amistad con Jo, una muchacha muy particular, y una relación sentimental con Alex, un joven viudo padre de dos hijos. Paralelamente vemos que Katie es buscada por la policía y podemos adelantar que no pasará mucho tiempo antes de ser alcanzada por su pasado.
Rápidamente el film que comenzó como un thriller romántico va perdiendo esa característica hasta no quedar nada del misterio que podía haberlo hecho resaltar de sus compañeras los típicos melodramas a los que Sparks nos tienen acostumbrados (a excepción de Diario de una Pasión, a la cual parece hacerle un guiño con una escena bastante similar a de la novela) y se convierte en una película más dentro de esta categoría. Con unas cuantas fallas en su forzado relato y un desenlace apresurado que intenta oficiar de final inesperado, sumando a que sus protagonistas no ayudan a mejorarlo (la química entre ellos y su buen parecido es lo único que aportan a la pantalla, aunque Duhamel parece que se esfuerza más) Un Lugar Donde Refugiarse resulta un film predecible y decepcionante hasta para algunos de los fans de este género, sin embargo cabe destacar que no llega a aburrir.
0 comentarios:
Publicar un comentario